El día sábado 27 de Agosto del 2011 a las 14:30 en Santiago de Chile se cumplió una verdadera proeza, se completaron 1800 horas de correr alrededor del Palacio de La Moneda. Enmarcado en las demandas estudiantiles , una bandera negra con la frase «EDUCACIÓN GRATUITA AHORA» fue llevada por numerosas manos durante cerca de 2 meses y medio. Ese día sábado estuve ahí junto a un montón de personas emocionadas y entusiastas que al observar tan extraño y antojadizo logro renacía nuestro optimismo por un verdadero cambio en el tema educacional y a la larga de una nueva forma de construir el país.
El acto en sí se volvió épico hacia el final, cuando todos querían tocar la bandera que dio chorrocientas vueltas al cuadrante, la bandera fue pasando de mano en mano y algunos trataban de mantenerla mayor tiempo en su poder, otros la besaban, jóvenes padres se la entregaban a sus hijos para que la hicieran flamear, las cámaras peleaban por obtener la imagen más histórica. La bandera, ya no era un simple trapo rayado amarrado a un palo, era una especie de Copa que se obtenía sin competir con nadie, un triunfo bello y honesto, un triunfo poético.
El escritor, cineasta y montón de cosas más, Alejandro Jodorowsky, decía hace unos días «Yo no creo en las revoluciones políticas, creo en la re-evolución poética.» Muchos seguramente, luego de la emoción, nos preguntamos ¿Y para que todas estas horas corriendo? ¿Servirán realmente? Pero la belleza no aguanta preguntas ni respuestas, lo poético sigue latiendo en cada lágrima y cada sonrisa de aquel momento.
Estas imágenes, originadas en la esperanza y la rabia, no existen con la intención de ser quimeras, sino que para ser pilares de un nuevo tipo de sociedad donde hay que volver a apropiarse de los símbolos y las palabras , donde debemos redefinir términos que algunos han robado para sí como Libertad, Justicia, Cultura y Educación.
La Poesía no es antónimo de lo Real, lo poético puede ser real y lo real, poético, y es por eso que todos estos actos que hoy se multiplican a lo largo del país están construyendo un Chile desde lo poético, un Chile más justo y menos desigual puede estar cimentándose con la pasión noble de una generación que ha comprendido que en 200 años de historia, ya es hora que continuemos el legado de los verdaderos próceres, que el camino a seguir para hallar nuestra identidad está en los versos de Teillier, Huidobro, De Rokha y un finito, pero largo etcétera.
Artículo aparecido originalmente en El Pájaro Verde
