Mitos, Historias y Camisetas

by Poetranseúnte
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Compartimos el siguiente texto que es parte de la presentación que realizó Verónica Pérez Manukian* sobre la edición uruguaya del libro Elogio del Maracanazo, del autor chileno Víctor Hugo Ortega. Cabe mencionar que este libro fue publicado en Chile en 2019 por la editorial Los perros románticos.  

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Libro inaugural para el sello sujetos editores, Elogio del Maracanazo es una colección de cuentos de Víctor Hugo Ortega. Nacido en Chile y de profesión periodista, este escritor es un apasionado del fútbol y esa pasión se destila en este volumen. La edición uruguaya de Elogio del Maracanazo es la cuarta en América Latina. La primera fue una edición de autor publicada en Chile en 2013, la segunda fue publicada por la editorial Librosampleados en México en 2017 y el año pasado fue publicada la tercera edición, nuevamente en Chile, por la editorial Los perros románticos. Este año y conmemorando el 70° aniversario de “la hazaña de Maracaná” –como solemos decir los orientales–, Elogio del Maracanazo se publicó en Uruguay.

En la “Nota del editor” se hace un racconto de las ediciones, indicando las novedades que se proponen. De hecho, el volumen se cierra con el cuento “Estrategias de un padre y un hijo en Montevideo”, escrito para la edición de sujetos editores. Asimismo, en la nota introductoria de Alejandro Gortázar –responsable de esta versión, se reconoce el diseño de Valeria Sierra, la ilustración de Daniel Mosquera y la contratapa del cineasta Israel Adrián Caetano, que enaltecen la colección de cuentos de la que ahora son parte. Sobre todo, hacen de la edición uruguaya del Elogio del Maracanazo, un libro a la altura del acontecimiento que evoca.

Edición uruguaya – 2020

¿Es un libro sobre fútbol? Sí y no. Es un libro que con la excusa del fútbol cuenta historias mínimas y entrañables. Historias familiares, de amigos, de hallazgos, de fe, de encuentros en los que el fútbol está muy presente, apenas presente o nada presente.

El libro se abre con la historia que tanto nos importa a los uruguayos: “Elogio del Maracanazo”. Este cuento es una forma en la que nuestro mito nacional se convierte también en el mito del que participa un apasionado del fútbol de origen chileno. Las páginas se suceden y cada uno de los relatos abre nuevas facetas de la relación de los sudamericanos con el fútbol, que se torna en las excusas para las charlas, para los viajes, para las peleas. Es divertida la disputa sobre Salvador Allende y sus preferencias futbolísticas (“Allende era de Everton”) tanto como enternecedora la charla de un DT de baby fútbol –como decimos en Uruguay a las ligas de fútbol infantiles– sobre la estatua de Gabriela Mistral en una esquina de Santiago (“La estatua más linda”). Es que este libro es un libro de un santiaguino total. Los trazos sobre la historia de Chile a través de su fútbol o de personajes que habitan momentos históricos, como el bombardeo de Santiago en el 73 (“García”), aportan otras dimensiones que densifican los relatos.

También se suman las voces chilenas, en los diálogos, con sus particularidades lingüísticas: […] ¿Cachái la diferencia? Hay hueás que tienen que quedar solo para el fotógrafo, como un secreto entre la foto y uno (124). La voz narradora y sus acentos componen otro punto de acierto. Si bien es claro que los cuentos pertenecen a diferentes momentos de la trayectoria del autor, la voz narradora va madurando desde tonos que se asemejan a comentaristas deportivos, a historiadores del fútbol o a memorias futbolísticas. Esto es particularmente relevante en la voz narradora del segundo cuento “El tiempo de Zamorano y Salas”:  La selección abrió temprano el marcador, con un penal que le hicieron a Víctor Hugo Castañeda y que convirtió Zamorano. Después hubo minutos de tensión. El partido se trabó y Paraguay tuvo algunas ocasiones para empatar… (58-59). Este “narrador-comentarista” va evolucionando hasta encontrar su declaración ética en “El fotógrafo de Bielsa”, uno de los mejores cuentos de este volumen. Allí se discute acerca de la ética del fotógrafo y parece ser la declaración ética del narrador. ¿Qué contar y qué no contar en una historia? Esta declaración ayuda a comprender esos detalles que hubiéramos querido se nos revelaran antes. Hay cosas que no se pueden contar, por lo menos así lo entiende este narrador.

En este libro, Sudamérica emerge representada en una red de experiencias, locaciones y memorias en torno al fútbol: los cuentos transcurren en Santiago, en Montevideo o en Buenos Aires y los personajes pueden ser chilenos, argentinos, uruguayos, peruanos. En el discurso de la memoria futbolística aparecen también Paraguay, Brasil y Bolivia. Una Copa Libertadores, o una eliminatoria del Mundial, podría jugarse perfectamente entre estos cuentos.

Edición chilena – 2019

Sin embargo, algunas líneas arriba comenté que este volumen tiene cuentos con fútbol y cuentos sin fútbol. Este libro da cuenta más, de la construcción colectiva –que puede significar un club de barrio (“La lealtad de los árboles”)–, de los vínculos intrafamiliares y de amistad que a veces se solidifican con las alegrías y derrotas de algún partido (“El tiempo de Zamorano y Salas”), de los vínculos filiales que se componen a través de alguna aventura (“Estrategias de un padre y un hijo en Montevideo”), que del fútbol. Es que en el Elogio del Maracanazo el fútbol se representa a través de su impacto en la vida de los personajes. De modo que también es una representación de lo que podemos llamar el “lado B del fútbol”, despojado de “glamour” y cifras millonarias, como es el caso del campeón del mundo Alcides Ghiggia.

Este “lado B” está profundamente enraizado en las experiencias más cotidianas e íntimas de la vida. Uno de los pasajes mejor logrados del libro hace referencia a una entrevista de Ghiggia, en donde la experiencia de Maracaná viene al rescate del exfutbolista:

…Camila interrumpió su mirada sobre mí, prendió un cigarro y volvió a buscarme los ojos. Sabés una cosa, chileno, después que los conocí hoy en Plaza Zabala, llegué de una a ver en Google cosas de Alcides Ghiggia. Mirá vos, le dije imitando el acento uruguayo. Y sabés lo que más me ha impresionado de lo que encontré, una entrevista en que Alcides decía que el Maracanazo era algo tan pero tan grande para él, que lo llevaba incluso a olvidar las penas de amor, nos dijo sin ocultar la emoción de su voz. Con Matías la miramos y escuchamos atentos. Alcides decía que cada vez que estaba triste por una mujer, revivía la hazaña del 16 de julio de 1950 en su cabeza. Y el recuerdo era tan inmenso en su mente y en su corazón, que la pena pasaba al olvido. Es lo más lindo que he leído en mi vida, dijo. Yo me quedé sin palabras… (41-42).

Este pasaje resulta elocuente de la sensibilidad del libro y de cómo el fútbol hilvana la cotidianeidad de los personajes. Elogio del Maracanazo es un libro para comprender desde otro lugar nuestra relación con el fútbol, así como para compartir nuestro mito nacional y la posibilidad de creer en hacer posible lo imposible.

Montevideo, 24 de julio de 2020

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*Verónica Pérez Manukian (Montevideo, 1980) es docente e investigadora en la Universidad de la República (Uruguay) y en el Consejo de Formación en Educación. Es Licenciada en Letras y Magíster en Ciencias Humanas, opción Literatura Latinoamericana, por dicha Universidad. Sus áreas de interés son la representación de las diversas formas de violencia en la literatura latinoamericana y la reconfiguración de las redes intelectuales a partir de los exilios de la última dictadura militar uruguaya.

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La edición uruguaya está disponible en Libros de Parque.

La edición chilena está disponible en Pirita

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