Hayao Miyazaki, Jean-Claude Carrière y Maureen O’Hara

by Butaca Martínez
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En todo orden de cosas, los premios honoríficos fueron hechos principalmente para saldar cuentas. Uno de los lugares más evidentes ha sido en el Arte, y pasa recurrentemente en el Cine, ya sea en algún curioso homenaje de algún municipio de un pueblo perdido que no sabe que hacer con su escaso dinero o en grandes Teatros de alfombra roja donde no saben que hacer con su abundante dinero. Por lo mismo revisar los premios honoríficos que realizó la Academia Hollywoodense cada año es, en verdad, revisar su mea culpa.

Este 2015, fueron 3 los premios honoríficos entregados, a una actriz, un guionista y un director de animación, curiosamente todos nacieron fuera del suelo norteamericano, pero todos han colaborado en el crecimiento de la industria cinematográfica estadounidense, llenando las arcas de distintos Estudios y Distribuidoras. (También se llevó una estatuilla el cantante Harry Belafonte por su labor humanitaria, me imagino que se acordaron de él cuando vieron «Selma«).

A continuación una breve presentación a estos 3 homenajeados a quien personalmente estimo mucho como cinéfilo: Maureen O’Hara, Jean-Claude Carrière y Hayao Miyazaki.

Maureen O’Hara

La actriz irlandesa, nacida en el año 1920 (saquen la cuenta), puede resultar un nombre ajeno para los más jóvenes, debido a que las películas en que se destacó pertenecen a esas películas que ya pocos quieren ver, películas de aventuras donde destacaba su belleza por sobre su talento. Apadrinada por Charles Laughton la pelirroja O’Hara, llamada la Reina del Technicolor, se dio el lujo de trabajar con el mismo Laughton, Tyrone Power, Henry Fonda y John Wayne, siendo dirigida por tipos como Sam Peckinpah, Carol Reed, Nicholas Ray, Jean Renoir, Alfred Hitchcock y John Ford. Este último la tenía entre sus preferidas, trabajando juntos en 5 filmes.

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Aunque su escena más famosa es el beso con John Wayne mientras una ráfaga de viento ayuda a componer un cuadro lleno de pasión en «The Quiet man» de John Ford, es muy querida por la navideña película «Milagro en la calle 34«. Sin embargo, de las películas donde ella aparece, son 3 las películas que recomiendo: la sindicalista «Que verde era mi valle» de John Ford, la antinazi «Esta tierra es mía» de Jean Renoir y, mi favorita, la imperecedera (aunque pocos la vean) «El jorobado de Notredame«.

Maureen O’Hara en casi todos sus papeles importantes hace gala de su carácter fuerte y luce sus expresivos ojos; si ahora el mundo, y por ende el cine, es machista, imaginen como era en esos años, las mujeres eran sólo la excusa para la ambición de los hombres, en este contexto la actriz logra que la belleza sea sólo uno de sus atributos. O’Hara no es de la mejores actrices de la historia, pero logró entrar en la historia del Cine con las películas ya mencionadas y con este Oscar que es finalmente un premio de consuelo a su carrera sin nominaciones de la Academia.

 

Jean-Claude Carrière

No siempre se toma en cuenta a los guionistas, pero este reconocimiento a Carrière evidencia esta notoriedad que el gremio ha conquistado luego de sus demandas, y mucho ha ayudado el gigante negocio que hay tras las series donde los créditos se lo llevan más los escritores que los directores. Lo importante ahora es que han elegido al escritor francés que tiene un envidiable curriculum de películas escritas, y que ha cultivado el oficio con resultados dispares, pero con una constancia y amor por el Cine que es difícil de discutir, aunque en la Academia fue 3 veces nominado como mejor guionista nunca ganó . Si ganó uno por el cortometraje «Heureux anniversaire«.

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Jean-Claude Carrière obtiene sus primeros éxitos trabajando con Luis Buñuel, a quien él mismo considera su maestro, «Diario de una camarera«, «La vía láctea«, «Bella de día«, «El fantasma de la libertad» y «Ese oscuro objeto del deseo» fueron fruto de esa alianza, como ven, trabajos provocadores con tramas retorcidas, absurdas, perversas; adaptó además muchas obras literarias siendo las más famosas «El tambor«, «La insoportable levedad del ser» y «Cyrano de Bergerac«; y no podemos dejar de mencionar filmes como «Danton», «Borsalino«, «La piscina» y «La cinta blanca». Pueden notar que Carrière ha estado presente y vigente en todas las décadas a partir de los ’60s.

Ha escrito además muchos libros, recomiendo particularmente «La película que no se ve» donde reflexiona sobre el oficio de contar historias y sobre el Cine mismo, muy interesante.

Si tuviera que elegir una de sus películas, me quedo con «La vía láctea«, una de las genialidades de Buñuel que lamentablemente es de sus trabajos menos conocido, acá,además de tirar palos a la iglesia, los militares y los burgueses, como era su costumbre, tiene una narración bastante extraña, totalmente vanguardista para la época.

Jean-Claude Carrière, un amante de las historias, un artesano de la narración.

 

Hayao Miyazaki

El director de animación Hayao Miyazaki es un verdadero Autor, crea mundos enteros cons sus historias y personajes, que reflejan las temáticas que él sabiamente instala. La fantasía y la ilusión no es más que la herramienta metafórica para hablar de la humanidad y la naturaleza, este habitar inestable que lucha por estar en equilibrio.

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Mucho se ha escrito últimamente del Maestro Miyazaki, sobretodo desde su película «El viaje de Chihiro» que se estrenó con escándalo en USA y que incluso ganó un Oscar el año 2003 como mejor film animado, de ahí en adelante pasó de ser un director de culto dentro de los seguidores del animé, a una figura del cine mundial, donde cada nueva película es esperada con ansias por la crítica y cada vez por más seguidores.

Escribir sobre la filmografía de Hayao Miyazaki da para varias páginas, pero como éste pretende ser un artículo principalmente de recomendación, partiré diciendo que Miyazaki no tiene ninguna película mala, característica muy difícil de encontrar en cualquier cineasta.
Miyazaki es gran responsable de la evolución animada, no sólo en lo técnico, sino que en su respeto al público infantil, considerándolos entes activos y pensantes, entronando valores ligados a la justicia y la solidaridad, dejando afuera los discursos morales. Además la mayoría de sus protagonistas son mujeres valientes, independientes, intrépidas, ejemplos más dignos y actualizados que las estereotipadas princesas de castillo.

Su participación escribiendo y dirigiendo series, cortometrajes y 11 largometrajes, hacen de Miyazaki una leyenda viva y el reconocimiento de Hollywood no es menor considerando la adoración profesada por los estudios de animación norteamericanos, principalmente de Pixar, recordar además que con la industria norteamericana hay una relación de amor y odio, pues Disney tiene los derechos de distribución mundial de las películas de Estudios Ghibli, alianza que dio en su momento muchos dolores de cabeza a ambas partes.

Si nunca han visto una de sus películas porque la consideran películas para niños, creo que deben ponerse al día, sus películas nos vuelven niños, la magia del Cine aparece en sus fábulas modernas con intensidad, contemplación y Humanidad, nos hace sentir parte de algo más grande, planteando interrogantes sobre la convivencia en el planeta, sin caer en clichés de hippie añejo.

Para no extenderme, les menciono mis favoritas: «Nausica» (1984), si, esta película incluso está entre mis favoritas de la vida, poco conocida, pero muy emotiva, una verdadera joyita de sensibilidad. «Mi vecino Totoro» (1988), la mejor película para un niño, te quedas con la boca abierta al ver al Gatobus, algo que siempre desearás que exista. «La princesa Mononoke» (1997), prácticamente un filme de acción, violenta y pasional en muchos términos, tal vez con lo que hay que partir para convencerse de su talento. En fin, vean todas las que puedan.

Un coloso es Miyazaki.

 

 

 

Artículo aparecido originalmente en Cinencuadre

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